- Área: 375 m²
- Año: 2003
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Fotografías:Federico Cairoli
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto y construcción de la casa propia se presenta siempre como un desafío muy personal, cuyo objetivo hedonista casi obliga a que la pieza arquitectónica constituya un muestrario del pensamiento o vidriera del conocimiento del arquitecto. La larga amistad, a partir de los años de formación, con Solano Benitez, Alberto Marinoni y los muchachos del gabinete de arquitectura, marcaron mi producción de tal modo que considero este proyecto como la oportunidad de concebir una experiencia grupal, compartir ideas, experimentar un escenario de reciprocidad al cual estamos acostumbrados. Toda esta situación fue reforzada por mi padre, Guillermo, quien facilito que las ideas se construyan, aportando su experiencia en la rama constructiva y su apertura a la vanguardia (quizás por su estrecha relación con Pindu en otras épocas), que lo convierte en nexo esclarecedor entre pensamiento y producción.Citados ya los protagonistas, la explicación de la cosa-casa-aparato se puede contar a través del relato de cómo esta se sitúa y construye. Cito estos dos últimos aspectos ya que la labor siempre tuvo algo de ratio y sensibilidad.
Las condicionantes: un terreno angosto y profundo (10.80x37.30), un vecino invasivo, un edificio en altura de 12 niveles con vistas al patio; este, según los reglamentos municipales no podría situarse en este barrio de características meramente residenciales (hasta 3 niveles de altura). Primer movimiento: ato el bloque social y de servicio al lindero ciego del edificio y lo acerco a la parte posterior del terreno. segundo movimiento: avanzo con el bloque de dormitorios generando un patio intermedio que tiene la medida justa para que no exista invasión visual, pero elevándose para generar la sombra y el vacío, espacio por generaciones explotado y buscado en la región por cuestiones climáticas.
Ubicados ambos bloques, el de dormitorios queda suspendido mediante dos vigas vierendel de las cuales emergen vigas transversales que soportan las losas mediante tensores, las vigas vierendel apoyan en los linderos a través de ménsulas y rotulas. a esta lógica estructural se suma el uso del ladrillo común que se convierte en el material principal, casi obsesivamente, de toda la obra. el mismo todo lo dimensiona: la estructura, la escalera, los paneles móviles de las aberturas, el piso, el techo. La colaboración del ingeniero en esta etapa fue decisiva, pues prestó especial atención a los requerimientos estéticos. Los ajustes de la estructura potenciaron las capacidades expresivas de los materiales.
Premisas: continuidad y flexibilidad espacial, lectura de totalidad, luminosidad y ventilación, cambios de escala. Todo enriquecido por detalles empíricos ensayados durante el proceso constructivo. La relación de los bloques, se materializa a través de un tercer espacio-conector, cuyas dimensiones no lo limitan al mero recorrido, sino que lo convierten en progresión asumida del espacio continuo. Agradezco a mis amigos y a mi familia, sobre todo a mi mujer (que hasta el último día me pregunto cuál era la puerta de la casa o por donde se iba a entrar). Por ellos puedo disfrutar esta experiencia a diario, lo mejor de esto es vivirlo.”